Nos levantamos a las ocho, un poco resacosos despues de habernos tomado unas cervezas ayer por la noche con Sonia y Carlos, una pareja de Barcelona que conocimos en Chiang Mai.
Llegamos a la terminal de buses y estamos de suerte, en 20 minutos sale el bus hacia Tha Khaek, a mitad de camino de Savanakhet, para no hacer el recorrido tan pesado.
Despues de 6 horas muertos de calor y con nuestros pantalones pegados al culo, gracias al confortable asiento de skay, llegamos a Tha Khaek, una pequenya ciudad a orillas del Mekong.
Despues de 6 horas muertos de calor y con nuestros pantalones pegados al culo, gracias al confortable asiento de skay, llegamos a Tha Khaek, una pequenya ciudad a orillas del Mekong.
Alquilamos una moto para conocer los alrededores. Una polvorienta carretera nos lleva hacia Mahaxai, un pueblo en medio de una polvorienta llanura de arenas rojas rodeada de pinaculos karsticos que forman unas increibles cuevas. Pasamos el dia tragando polvo y visitando alguna de sus cuevas, reparando la rueda que se nos ha pinchado y riendonos por la pinta que hacemos despues de quedar rebozaditos por el polvo.
Un fresco rincon.
Siempre encuentras alguien que te echa una mano.
Buda cave.
Polvo, polvo y mas polvo...
Siempre encuentras alguien que te echa una mano.
Buda cave.
Polvo, polvo y mas polvo...
Como era un alto en el camino, al dia siguiente cogemos el bus hacia Savannakhet, de nuevo una ciudad fuertemente influida por el colonialismo frances a orillas del Mekong, que discurrira paralelo a nuestro viaje hasta llegar a Phom Phem, en Camboya. Pasear por sus calles, ver el atardecer en el rio y disfrutar del campeonato de regatas que se celebra, al igual que en muchos pueblos del pais, nos supone una recarga de energias de camino hacia el lejano Sur.
1 comentario:
Mireia, con el polvo te has ahorrado el maquillaje.
huy, que poquito os queda aprovechar
besos
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