2006-12-14

Cataratas de Iguaçú. (lado brasileño)

Garganta del Diablo.



El Río Iguazú corria tranquilo sin saltos ni cascadas. Los indios que vivían en la región eran los Guaranies, estos reverenciaban al Dios Tupã y a su hijo M´Boi, el Dios serpiente que vivia en las aguas. Las más bellas vírgenes de la comunidad eran ofrecidas al Dios serpiente en forma de sacrificio. El dia que Naipí fue sacrificada, Tarobá un valiente guerrero, la raptó y juntos se escaparon por el Río en una canoa. En su afán de huir con su amada, Tarobá hizo ruido con sus remos y despertó al Díos Serpiente. Enfurecido M´Boi penetró en las entrañas de la tierra, contrajo sus músculos formando un inmenso cráter, agitando las aguas formando una enorme catarata. Naipí fue transformada en una roca y condenada a ser fustigada por las aguas de la Garganta del Diablo. Tarobá se convirtió en una palmera y desde entonces contempla a su amada por toda la eternidad. Así lo cuenta la leyenda.
Las cataratas de Iguaçú dividen Brasil y Argentina, pudiéndose contemplar desde ambos paises. El primer dia decidimos ir al lado brasileño que ofrece una visión panorámica.
Miden más de 2 Km de punta a punta y tienen una altura máxima de 90 m.

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